Gabriel Toribio – Cambiando Aires
Metidos de lleno en las fiestas de navidad, siendo el mes por excelencia de mejor agrado por tantos bullicios y aglomeraciones con los preparativos del consumo, se ha activado a mayores y que la pandemia no acobarde y nos haga retroceder. Un año de mayor expectación que el anterior por no tener la vacuna de la salvación y ahora los ánimos están más calibrados a como va progresando la vacunación con el único fin de salvar vidas, sin olvidar las medidas de seguridad a llevar.
Sin embargo, con tantos acontecimientos navideños que nos rodea de encuentros alejados que son acercados, estancias de mayor duración, convivencias que no se habían comprobado, diálogos perdidos que son recuperados con lentitud.
La música es otro telón de fondo para estar acompañados de la navidad por los villancicos tan entrañables y populares; y que dicha tan buscada para oír de un año para otro y penetran en el fondo del corazón, que nos hace convertirnos a ser mejores de lo que se esperaba.
Son oídos en conciertos, galerías de alimentación, centros comerciales, belenes y en infinitos hogares que nos hacen ser unos niños con rótulos tan destacados y que son de mayor audiencia. Son tan numerosos que en algunos de ellos, destacan la humildad y comprensión por estar más cerca de quien nos lo solicitan.