Enrique Ramos – Piedra de Afilar

La gestión de los permisos a los parques eólicos, en este pénjamo denominado Castilla y León, ha sido, en razón de tantas evidencias ahora en los tribunales, uno de los paradigmas de la corrupción en este país tan prolijo en ella.
Y aunque reine finalmente el archivo o la absolución por la ya habitual prescripción o defectillo de forma y reclamen los encausados lavativas a su honor como tantos otros en similar trance, a los ojos de la gente normal, se va entendiendo la razón de que entre la patronal de los aerogeneradores este vasto territorio fuera conocido como Sicilia y León.
Hasta el viento ha sido turbio y sucio aquí ¿Lo será también el sol?