Enrique Ramos – Piedra de Afilar

Por definición, la actualidad es fungible. Dura lo que dura un instante, porque el próximo parpadeo es el futuro y el aire que espiramos, lo aspiramos en el pasado.
De ahí que no podamos extrañarnos de lo que ha cambiado la agenda informativa. Ayer nos preocupaba el virus que andaba entre nosotros, pero hoy, que sigue andando, y por lo que dicen estas páginas, algo más que ayer, tenemos nuestra mente ocupada a seis mil kilómetros: a caballo entre el horror que nos producen las imágenes que nos quieren enseñar y la preocupación por nuestro futuro bienestar.
El virus sigue ahí. Nos puede matar antes que Putin, pero ya casi no importa