Un inusual ejercicio de autocrítica que ha sido puesto de manifiesto por casi todos los medios de comunicación nacionales fue el que hizo el vicepresidente Igea el pasado lunes a última hora de la tarde cuando reconocía que “somos idiotas” reiterando que las administraciones, tanto las autonómicas como la nacional, se habían equivocado varias veces tomando decisiones erróneas en las cinco oleadas del COVID.
Curiosamente, el inédito ejercicio de autocrítica, se ha encontrado con una incongruencia en el mismo momento de plantearse: Igea volvió a dictar una vieja receta que ha adoptado recurrentemente ante cada rebrote de la pandemia al restringir nuevamente los usos de la hostelería, reduciendo aforos, inhabilitando las barras de los bares para el consumo e imponiendo el servicio solo a clientes sentados.
Mientras, este lunes la incidencia del virus, que seguía en niveles muy altos en toda la provincia, daba este miércoles ciertas muestras de contención en el indicador adelantado a siete días que en Astorga cayó de más de 400 casos por cien mil a poco más de 300, una mejoría del 25% en un solo día que habrá que comprobar si se mantiene en próximas fechas.
El esfuerzo vacunal se sigue desarrollando, aunque no ya en las cabeceras de comarca como ha ocurrido en Astorga, La Bañeza, Benavides o Santa María del Páramo. La Junta anuncia que se podrán vacunar los nacidos hasta 1995 desde este lunes y hasta el viernes en el Palacio de Congresos de León.