J.J.A. Perandones – La tolva
Como el Guadiana, la Línea del Oeste aparece y desaparece de los medios informativos. El astorgano Alonso Garrote estuvo al cargo, como Jefe de Sección, de la instalación de este ferrocarril, de Malpartida a Astorga; su trazado, según atestigua, “es paralelo a la antigua vía militar romana llamada Calzada de la Plata”. Su construcción, con estaciones, modernos puentes parisinos, y la draga eléctrica para extracción del ‘balaste’ sobre el Esla, fue toda una celebración en aquella España irredenta. “El Heraldo Astorgano”, en 1899, informaba que contaba con un tren mixto y otro de correos, compatibles con los vagones de viajeros, tanto para ida como retorno; únicamente, un servicio menos que la Línea del Norte. Desde su inauguración en 1896, a su defunción en 1984, camino a la Extremadura viajaron familias, estudiantes, militares y repatriados; asimismo, rebaños con sus pastores y zagales, pescadores y compradores de lechones en Benavente… Fui uno de los últimos usuarios a finales de los pasados 70, pues en ferrobús, desde Puebla, con enlace en Zamora, llegabas a la estación astorgana para apearte cual alma solitaria. Ahora esta Línea, tras años ajada y hurtada, dicen que la renovarán en la década próxima de los 30, por su inclusión en la Tent-T, la Red Transeuropea de Transporte. ¿Alcanzarán a ver tal maravilla mis ojos?, y si no, dada la holganza administrativa, ¿los de otros más jóvenes?