Gabriel Toribio Serrano – Cambiando Aires.
Una de las modalidades que tenemos en nuestra vida diaria es la de hacer la gran reserva cuando lo que se desea es no encontrarnos sin ser atendidos. De lo contrario, te mantienes aislados y cuando haya alguna vacante, se pueda considerar que nos ha tocada una gran fortuna por no irnos con las manos en los bolsillos.
Cómo nos ha cambiado la vida, que no nos cobra gastos de aprendizaje. Como si fuera un orgullo el acto de reservar para conservar el puesto.
A cualquier lugar que se quiera llegar, es precisa la cita: al centro de salud, a pasar la ITV, al taller, a los eventos o a cualquier espacio que se quiera mirar. Te observan de manera diferente si a los efectos de pedir cita lo haces correctamente y es demostrable que llevan un orden con cuántas personas van a ser despachadas.
Tranquilos. Las normas civilizadas conducen a buen puerto como resulta un descanso saber que la fecha seleccionada nos ha sido concedida y se cumplirá nuestra cita si no hay fuerza mayor que lo impida o un retraso más prolongado. Y sobre todo conviene evitar discusiones, enfados y peleas, que no haya altercados y la sangre no se altere.