post-title Rastro https://elfaroastorgano.com/wp-content/uploads/2021/06/MAR-CO-A.-MACIA.png 2022-09-23 16:53:19 yes no Publicado por Categorías: Opinión

Rastro

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Rastro

Marco A. Macía – Pasando el puerto

El mercadillo dominical de la Avenida de Ponferrada no es un rastro. Aunque lo parezca. Aunque tenga forma de rastro, tipos y mercancías de rastro. Aunque gotee conversaciones con churros entre gentes que han dado una vuelta por el rastro. Tampoco es de antigüedades, petulante descripción para inexistentes bargueños con taracea de concha, sillas blasonadas con números romanos y relicarios festoneados en dorado latón. No es de trastos viejos que miran con trienios de mugre. Ni de inservible cacharrería de cuando perdimos Cuba. Ni por supuesto se dispone para que dobles el labio preguntándote quién diablos puede pagar por eso. El mercadillo que juega al escondite con el calendario es un descarnado retablo de almas con chismes que las han perdido y compradores que las necesitan. No tiene vendedores. Son sacerdotes con casulla de picardía para acoplar cada objeto en la horma de quien lo busca. Como los milagros no ocurren todos los días, la mercancía se recoge intacta la mayor parte de las veces. Los mercaderes conocen las manías de cada objeto y con paciencia de trapero los cargan y descargan de pueblo en pueblo sin que el tintineo de las monedas los entristezca con el recuerdo de que algún día, lejano eso sí, volverán a detenerse en cualquier estante, olvidarse en un desván o resentirse al provocar recuerdos o lágrimas. El mercadillo se forma y disuelve para traer nostalgias. Para recordarnos que el tiempo pasa muy deprisa.

MARCO A. MACIA