La grada de La Eragudina empieza a pensar que hay una fuerza superior que ha decidido que la racha victoriosa del Astorga tiene que terminar. Los seis puntos perdidos en los dos últimos partidos han salido de tres penaltis que, en el mejor de los casos, son cuestionables en su justicia. Si el pasado sábado fue el Mirandés B al que el árbitro berciano entregó la llave de la lata desde los once metros, este domingo, una Arandina defraudante, solo pudo hacer valer su presupuesto, más del doble del Astorga, gracias a penaltis. Por si el Astorga reaccionaba, además acabó jugando con nueve.

El primer penalti llegó en el minuto 10 en una jugada en la que el árbitro vio una mano en el área del Astorga a la salida de un córner. Solo la vio él, porque ni los futbolistas burgaleses la reclamaron; tampoco queda muy claro en qué condiciones la vio, porque si se entendía voluntariedad, hubiera tenido que sacar tarjeta, y no lo hizo. Sea como sea, Santa, se encargó de poner el 0-1.

Otra vez remando con el marcador en contra, igual que ante el Mirandés, el Astorga lo intentó, pero con más hechuras que el sábado anterior. Por contra, la Arandina dio la impresión de equipo pobre, especulativo y resultadista.

El Astorga estuvo a punto en una oleada con tres córner consecutivos, primero por las botas de Dani y después de Jony, de llevar el empate a falta de cinco minutos para el descanso, pero fueron incapaces de filtrar el balón entre el bosque de piernas que había colocado el míster ribereño para proteger a su portero.

El segundo tiempo tuvo el mismo cariz: el Astorga intentó ir con todo y volvió a haber ocasiones del siempre bullicioso Javi Amor y también de Dani. En una de estas, el público y los jugadores del Astorga sí reclamaron un penalti en el área burgalesa. El árbitro dejó seguir y en contraataque, sí que vio un penalti en el área astorgana. Por si el Astorga pudiera reaccionar, sumó al castigo la expulsión de Keita y en las protestas, además, de Herrador y de un miembro del cuerpo técnico del equipo.

El Atlético Astorga mejoró respecto de lo aportado ante el Mirandés B, que a pesar de su juventud y modestia, dio hechuras de equipo más cuajado y menos especulativo que La Arandina a quien le llegó con seguir remando a favor de la obra que le había marcado el árbitro salmantino Téllez de Meneses, quizá menos malo que el berciano Fernández Rodríguez del pasado fin de semana, pero con errores mucho más determinantes en el resultado.

El Astorga sigue segundo tras la Arandina, ya que el Salamanca tropezó inesperadamente en su campo perdiendo ante el Ponferradina B, el rival del Astorga el próximo domingo a las 12.15 en tierras bercianas antes del parón navideño.