Eduardo Saéz – SIN PASIÓN
Estoy leyendo que la Junta dice que los gorgojos de la harina que aparecieron en la sopa de la comida del personal sanitario del hospital de León es algo normal y que, en todo caso, no es nociva su ingesta para los humanos.
¿Eh? ¿Hay alguien al volante? ¿En manos de qué psicópatas estamos? Lamento mucho que mi ironía de la pasada semana, cuando advertía que la Junta nos abría la vanguardia gastronómica de la vermifagia, las dietas basadas en gusanos, no fuera tal. Superando mi propia capacidad de sorpresa, resulta que no estaba bromeando y que a la Junta le parece normal que personal de medicina y enfermería de un hospital se encuentre un escarabajo en la sopa.
Fraga, ministro de Franco, demócrata de toda la vida y fundador del partido que hoy ¿gobierna? esta autonomía, lo arregló hace años en la playa almeriense de Palomares. Para demostrar que el agua del mar no se había contaminado por la caída accidental de un avión de combate norteamericano con munición nuclear, se puso el meyba y se dio un baño en la playa citada con fotógrafos y cámaras del NODO. Pues eso. Para demostrar que no son malos, ante los periodistas, el señor Mañueco y el señor Vázquez, su consejero del ramo, deberían comerse una sopa con gorgojos como la del hospital de León. Si es buenísima.
