LAS TORCAS – Isidro MARTÍNEZ

Los bomberos de Diputación tienen casa en Astorga, aunque sea provisional. Antes de las elecciones, eso sí, se verán cascos y camiones en Valdeviejas. ¿Y qué hacemos con los bomberos voluntarios? ¿El camión? ¿La manguera? Porque arropados por los profesionales, supongo, no harán falta los amateurs.

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El señor alcalde esta semana pasada lo dejó clarito. El PP municipal (que no “de Astorga” como leí en no recuerdo el nombre) armó un comunicado de denuncia (otro más): los funcionarios no habían cobrado su salario. Faltaba una firma. Toda la culpa de la desidia de Perandones. Y… esto es un desastre (“… mientras no esté yo”, faltó añadir al papel).

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Perandones sacó la pluma de ganso (u ordenador, que ahora es lo mismo) y dejó a Nieto y compañía al aire helado del invierno. Resulta que la Junta no había dado el plácet a la funcionaria sustituta para firmar las nóminas. Quedó aclarado quién tenía desidia, o poca agilidad, y cómo hay cosas que ciertos saben de Valladolid, aunque no sean públicas. Total: que, trabajando hasta tarde el miércoles 1, los bancos recibieron la orden de abono ese mismo día. Los del PP se quedaron silbando por la vía, que se decía antes.

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Ítem más: una carta publicada en este periódico añadió sal a espuertas a la herida. Y por si fuera poco es militante del PP. La salpimentó recordando el paseo de febrero en solitario por el centro de Astorga de Mañueco y su dedo, su candidato Nieto, Ester y nadie más… cuando ─concluye el votante─ en anteriores paseos preelectorales la militancia acompañaba en las calles.

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Concretado lo anterior, y no es un militante, que son muchos y “de toda la vida”, y sumado que en el PSOE tampoco nadie dice nada (unos susurran que es porque les sobran y otros porque no tienen donde elegir) en Astorga, en mayo, y en las urnas, el desasosiego es lo único que preludia la votación. Aunque tiempo queda de arreglar los entuertos.

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Punto final, que hay semanas que son un sin vivir. Perandones, en su sermón argumentado les recordó a Nieto y cía. sus malos modos con la Policía Local, los trabajadores de la empresa municipal de limpieza, los jardineros, los de la ORA. Un retiro, aunque no sea espiritual, a fondo y durante un par de semanas, con silencio absoluto y ausencia de comunicados, tal vez devuelva el sosiego al personal acalambrado.

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La tentación de hinchar el padrón municipal en año electoral se manifiesta. Este año, según el INE, municipios de estas comarcas se han dedicado a incrementar sus raídos censos con vecinos “nuevos”. Los nombres han sido publicados, lo novedoso se encuentra en que, como en la inflación y sin que sepamos ni lleguemos a comprender las razones, en Castilla y León somos los primeros. Los excesos que deben justificarse se han dado en 26 municipios de Burgos, 19 de León, 2 de Soria, 2 de Segovia y 1 en Salamanca. En el resto del país solo 8 más en Albacete, Cuenca, Orense, Jaén y Teruel. ¿Por qué será lo de CyL?

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Hasta Quiñones, juez leonés en política, se merece un  homenaje. Después de su año “horribilis” con la quema de los montes, que pasee por Rectivía con Ester visitando obras es un descanso. La inversión de novecientos mil euros en restaurar las viviendas de los camineros es un acierto. Astorga dispondrá de diez pisos en alquiler social para jóvenes y familias vulnerables.

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Detalles sin incordiar: no será fácil encontrar jóvenes con proyecto de vida, si marchan porque no hay trabajo. Dos: con el bajo nivel del arriendo, obligado por viviendas vacías o venta, el alquiler social andará por el suelo. Y tres: con suelo gratis y muros hechos, un millón en diez viviendas no parece barato, pero… El dinero lo pone la Junta y los pisos se quedan en Astorga.

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El secretario de Estado se paseó por  la A-6 ─a pesar de su firme infame─ y aseguró que hay dinero y ganas de mejora del firme entre La Bañeza y Astorga y puerto del Manzanal. Señor secretario, arrastran cinco años de retraso, aunque ya no seamos capaces de decírselo a la cara.

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El nuevo coronel del Ralca conoce su oficio, ha viajado y vivido fuera lo suficiente. Eso es positivo para artilleros y futuro del cuartel en Astorga. La guerra de Ucrania, por otra parte, está poniendo en su lugar a misiles y cohetes. Hace cuarenta años ya estaban en Astorga, y en el campo de tiro, aunque después se olvidaron. Ahora deben resucitar buenos tiempos.

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La ministra del negocio pidió a Salamanca y Valladolid que aumenten un 15% sus plazas. Ellas dicen que sí, pero con más dinero y profesores. En Burgos aprovechan la ocasión; que nos den Medicina, nosotros lo hacemos. Esperamos lo mismo de León… aunque no sirva de mucho.