post-title Maragatina https://elfaroastorgano.com/wp-content/uploads/2023/03/MARCO.jpg 2023-05-12 17:44:43 yes no Publicado por Categorías: Opinión

Maragatina

Publicado por Categorías: Opinión
Maragatina

Pasando el puerto – Marco A. Macía

Decir que las pasiones mueven el mundo puede sonar tan pretencioso como afirmar que los latidos son capaces de acompasarlo. Ni una cosa ni la otra. El mundo va a su ritmo y cada cual al suyo. Pero el mundo sería diferente sin la dedicación pasional de las personas motivadas por un objetivo. En Astorga el caso más evidente de ritmo y pasión fue el marcado por José Luis López con su obsesión por el chocolate. Antes de él, en los trasteros y en alguna chatarrería acumulaban herrumbre los restos de un pasado olvidado. Máquinas importadas, otras de fabricación local, sobre los que se había levantado una industria chocolatera con más de un centenar de marcas derivadas del cacao. Hasta que llegó José Luis la ciudad estaba a otras cosas, menos sabrosas, y casi nadie se acordaba del chocolate. Abrió su colección, le dio un hilo para interpretarla y se inventó un museo que en realidad era un homenaje al ingenio de los astorganos del cambio de siglo. El último resto vivo de aquellas maquinarias ha sido adquirido por el Museo del Chocolate y La Maragatina pasa de dormida fábrica de producción a situarse tras las vitrinas. Y me alegro, cómo no. Aunque suponga asumir que no funcionará más, perdiendo el último ejemplo de cómo se hacían antes las cosas. Pasar al museo arrastra el sabor amargo de otro cierre y, de nuevo, se ha tenido que optar entre comprar o perder.