Quizás al Mirandés B no le hubiera hecho falta el respaldo de un arbitraje tan nefasto y parcial como el ejercido este sábado por el berciano Fernández Rodríguez para acabar con la condición de invicto del Atlético Astorga. Lago, sin Diego Peláez ni Herrador ni Ivi Vales, lesionados, tuvo que construir una alineación en la que no se reconocía el juego fluido y fácil del Astorga en otros partidos.

Apenas se llevaban jugados ocho minutos cuando en una contra un jugador del Mirandés que arrancó en posible fuera de juego, perdió el balón entrado por un jugador astorgano. El árbitro entendió que lo hizo en falta, aunque había tocado el balón, y pitó penalti. Nacho lo transformó y salvo un par de intervenciones del portero astorgano, terminó ahí todo el balance ofensivo de los burgaleses.

Enfrente, el Astorga, fue toda una sinfonía de quiero y no puedo, a la que la parcialidad del árbitro, con diferente vara de medir según las entradas fueran de visitantes o de locales, se encargó de añadir bombo.

Y es que, aunque el árbitro estuvo mal, el Astorga no puede echarle la culpa del resultado. Las pocas veces que llegó a puerta, más por impulsos que por jugadas construidas, su capacidad rematadora fue escasa. En una de estas oleadas, con una secuencia de saques de esquina asediando la meta burgalesa, a falta de doce minutos para el final, llegó la más clara ocasión local, pero Madou estrelló el balón contra el portero que ya estaba batido.

El Astorga con esta primera derrota de la temporada, pierde el liderato que queda en manos de la Arandina tras su victoria contra el Salamanca que le hace colocarse en lo más alto con 30 puntos frente a los 29 del Astorga. Precisamente la Arandina es el próximo rival del Astorga el domindo 11 de diciembre en La Eragudina, de nuevo a las 16.30 horas, en el último partido en Astorga hasta después de Reyes.