Juan José Alonso Perandones – La Tolva
Disfrutamos múltiples sones que se cobijan en el interior de nobles edificios, por grandes orquestas y corales, chantres y organistas, pero no menos gratos son aquellos otros que se expanden libremente hacia el cielo. Con tal fortuna, que tiene la ciudad, junto a las campanas, habituales sonidos en sus calles: del tamborilero cuando acompaña a los gigantes y cabezudos, de los gaiteros de Sartaina, de estruendosas tamborradas, de la Banda Municipal, que dignifica el tránsito de la Corporación en las festividades… Y de ‘La Dominica’, que el sábado 19, atemperada la pandemia, ha vuelto a anunciar la Semana Santa. Conserva esta ancestral tradición la Real Cofradía de Puerta de Rey, y son suficientes unas sentidas notas y tres instrumentos, el timbal, este año batido por José Manuel Villalibre, y dos trompetas, a cargo de Nerea Ferreiro y Pepe Juidía, para poner en conocimiento de la vecindad, cofrades y autoridades, que prontamente será otra la ciudad. Engalanada y devota, día y noche, con ‘paparrones’, cornetas y redoble de tambores, pasos procesionales y oficios de La Pasión. Olerán las tabernas a canela, por las sabrosas torrijas, y a vino aromatizado de limón y licor, al verter la limonada; e impedimento no será apartar la mascarilla, molusco aún ante nuestra boca, para tal degustación. Tal festividad, proclamada por tres cofrades está, con unas sentidas notas: mi-mi, mi-do, sol-sol-do.