J.J.A. Perandones – La tolva
No solo son las lenguas de carmín amoratado en los atardeceres las que anuncian que se irán intensificando las heladas hasta dejar al sol oculto en su resplandor, sino “esa brisa o airecillo helado y sutil” que, por la mañana o al atardecer, afeita la cara. La llamamos ‘bufina’; “corre una bufina…”, decimos a cualquier conversador mientras apuramos el paso, porque no está el rato para andarse con milongas y complacencias a la intemperie. El “Diccionario” no recoge este término, genuinamente leonés, tan acertadamente definido por Alonso Garrote; y que bien pudo surgir por esa querencia nuestra por los diminutivos, ”guapín”, “pequeñín”, “saladín”, que otros pueblos no han llegado a ingeniar, y que sirven tanto para mostrar cariño como un irónico reproche. Las nuevas generaciones, con el reduccionismo del vocabulario, no usan apenas la palabra ‘bufina’, ahora todo es ‘brutal’, “hace un frío brutal”, “estuvo brutal”, “¡oye!, el concierto, brutal”. Tampoco es que acudan a otros términos o expresiones de su familia léxica, y que sonoportunas: “Viste, cómo bufaba el profe”, “mi padre me soltó un bufido que salí pitando”… Escribo, pues, para reivindicar estas palabras onomatopéyicas, tan sonoras en días de otoño ya marchito, porque, “buffff…”, corre un airecillo helado y sutil, y la gente, con la que cayó y está cayendo, en España y otras naciones, tal es su enfado, que “¡¡buffff…!!”, está que bufa.
post-title
La bufina
https://elfaroastorgano.com/wp-content/uploads/2021/06/J.J.A.-PERANDONES.png
2021-11-17 17:49:15
yes
no
Publicado por
Redacción El Faro Astorgano
Categorías: Opinión
La bufina
Publicado por
Redacción El Faro Astorgano
Categorías: Opinión