Juan José Alonso Perandones – La Tolva
¿Por qué Gitana?, le pregunto mientras sostiene en su brazo el azor hembra. La primera vez que salí al campo con ella, en vez de apresar fuerte al conejo y clavarle la uña de atrás para el remate, sobre él, zapateaba, me responde David Zumeta. Es tan llamativo, en los ojos de este azor, el color anaranjado de su iris con la pupila azabache que su plumaje, blanco veteado de franjas grises en el pecho y parduzco en el dorso, parece creado para ensalzarlos. A ninguno de los 14 donceles que coronan el ayuntamiento desde hace cuatro siglos, Manuel de la Lastra colocó en su brazo un azor o un halcón, frecuente compañía, en los nobles, para la caza y el galanteo, como bien vemos en Calisto, cuando, a la búsqueda de su ave fugada, entra en el huerto de Melibea y queda rendido de amor. Sonríe David al atribuirle que es el doncel laureado, contemporáneo, de Astorga, dados los galardones de cetrería obtenidos desde que adquirió el aguililla de Harris, a la actualidad, con su Gitana, del criadero del jiminiego Pedro San Juan: en Asturias, Castilla y León, en Galicia, en Portugal, en el dedicado a Félix R. de la Fuente… Y como corolario, el reciente, nacional de bajo vuelo a perdiz roja, disputado en La Roda. Todo empezó en 1995, en el I Campeonato de Cetrería del Norte de España, celebrado en Castrillo, al que fue con su padre; entonces, me dice, “para mí la naturaleza ya fue algo distinto, la empecé a ver de otra forma”.