Defendiendo una postura difícilmente defendible (que paradójicamente le habían reclamado varias comunidades autónomas) de volver a imponer el uso de mascarillas en exteriores, el Gobierno  saldó una conferencia de presidentes que apenas dio más respuesta al repunte de coronavirus. Sobre todo, porque el uso de mascarilla en el exterior, así en genérico, está matizado por tantas excepciones (la playa, el campo, el mundo rural si hay distancia social, el deporte…), que realmente deja las cosas casi como estaban, aunque formuladas de otra manera.

Y es que hay que recordar que la obligación de su uso estaba vigente en exteriores donde no era posible mantener una distancia interpersonal mínima de metro y medio.

No se ha adoptado, al menos en Castilla y León, ninguna restricción más, a pesar de que el coronavirus sigue en una escalada que parece no tener fin. Muchos municipios de la comarca superan ya la incidencia relativa de mil contagios por cien mil habitantes.