Clientes y hosteleros recibieron aliviados la medida que permitía el uso del interior de los establecimientos, aunque con limitaciones.
Condenados al frío de las terrazas en los últimos dos meses, la nueva «conquista» de los interiores, aunque sea incompleta, es todo un logro. Eso, por más que las barras, minuciosamente señalizadas y a veces con obstáculos físicos como mesas, sigan sin poder usarse, y que los parroquianos no puedan superar un tercio del aforo autorizado del local.