Marco A. Macía – Pasando el puerto
Seguro que los horarios ya lucen colgados de las corcheras y, consecuentemente, ya es tarde para incluir más materias. Seguro que los libreros tampoco llegarían a tiempo en el caso de que se ampliasen las asignaturas. Los niños ya tienen repleta la mochila. Los profesores han cuadrado sus jornadas en esas hojas sábana que con tanta destreza colorean los jefes de estudios para dar la sensación de que tienen todo bajo control. Para este curso que comienza ya es imposible. Es tarde otra vez. Si se hiciera caso a la cantidad de veces que se confía a la educación la solución a los problemas corrientes debería programarse otro curso cada día. Porque si boquean las lubinas en la Manga, crecen los delitos de odio, suben los ciberataques, mueren mujeres, abochornan a los negros, engañan los bancos, nacen menos niños, crece el paro, proliferan los piojos, no se lee, se sufre anorgasmia o aumenta el sobrepeso, entre otros, la culpa es de la educación. Y mientras la educación sólo se imparta en los colegios pues será entre estas cuatro paredes donde se destile la grasilla suficiente para que el mundo avance y empape, sin chirriar, a los ciudadanos. De los valores de casa, esos tan denostados por viejos y desfasados, ya hablamos otro día. Caso de hacer falta, claro.
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Educación
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2021-09-10 19:58:56
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Publicado por
Redacción El Faro Astorgano
Categorías: Opinión
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