post-title Cubasol https://elfaroastorgano.com/wp-content/uploads/2021/07/RICARDO-MAGAZ-2.png 2021-10-20 18:53:39 yes no Publicado por Categorías: Opinión

Cubasol

Publicado por Categorías: Opinión
Cubasol

Ricardo Magaz – La espada y la pluma

Cuando recalo en Astorga procuro, si el tiempo no apura, dejarme caer por el Cubasol a tomar el vino y la tapina. Tiene este bar algo especial que a mí me trae hermosos recuerdos: calor humano y aroma casero.
Hace unos días subí a la ciudad con mi padre, a punto de cumplir 98 años. Nos quedamos a comer. “Al Cubasol que conozco al abuelo y son de La Cepeda”, ordenó el patriarca asegurándose la dentadura.
Alubias con oreja de primero, morcillo de segundo, pan, vino y un flan para rematar la faena; once euros. Justos. Puse un mensaje en el Twitter de la Asociación Gastronómica Leonesa: “No hay amor más sincero que el cariño cocinero. Platos a fuego lento en un bar con alma en Astorga: el Cubasol. Al lado de la plaza Mayor”.
No se trata de hacer aquí una loa sin más de este establecimiento. En Astorga hay otros muchos restaurantes excelentes, cada uno en su línea. La gastronomía es una seña de identidad de la ciudad. El mérito, colectivo.
Lo que quiero traer a esta columna es precisamente la proeza de esos pequeños locales familiares que, con infinito esfuerzo, han hecho de la necesidad virtud y salen adelante pese a lo que ha caído en los últimos tiempos. En cierto modo es la filosofía del estoicismo: sacar ventaja de las adversidades.
Frecuento algunos “Cubasoles” en otras latitudes, a muchos kilómetros, pero como dijo mi padre satisfecho a los postres, “Estos son de Benamarías”.