Enrique Ramos – Piedra de afilar
Mi señor progenitor tenía una frase absolutamente lapidaria: «a los ricos le paren los bueyes y a los pobres nos abortan las vacas» extraída de su mundo agropecuario de origen y que deviene en universal: al pobre le tuercen lo razonable y al rico le arreglan lo inverosímil.
No hay día que no recuerde a mi padre; pero sobre todo, ante la crónica de tribunales de este país, viendo el encarnizamiento jurídico con que se persigue y condena a unos, que acaban en muchos casos siendo exonerados por cortes europeas, y la lenidad con la que se abordan causas de otros a los que se archivan procedimientos por prescripción y defectillos de forma; y dado que casi siempre los unos y los otros son de lados antagonistas me repito: ¿justicia y España en la misma frase? ¡Ja!
Bueyes que paren y vacas que abortan
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