J.J.A.PERANDONES
La tarde de este viernes, 27, tuvo lugar en la Biblioteca, de las tres previstas, la conferencia “El toque manual de campanas, Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”. Título que responde a la declaración, de tal categoría por la Unesco, en noviembre de 2022.
Se inició con la intervención de Juan Carlos Ordóñez, responsable de la Secretaría de Patrimonio del Psoe provincial, que es la organizadora de estas jornadas. Una grabación sonora de la que fuera directora del Museo de América y conservadora de las colecciones reales, Paz Cabello Carro, se ofreció a continuación a los asistentes; en ella dio cuenta de la peripecia seguida hasta conseguir una declaración tan relevante por el organismo internacional en favor de la educación, la ciencia y la cultura, haciendo especial hincapié en la labor desempeñada por Hispania Nostra, de la cual es miembro destacado.
Héctor Luis Suárez, catedrático del Conservatorio Superior de Música de Madrid, disertó sobre la importancia de que fuera reconocido este patrimonio inmaterial, cómo empezó a despertar interés su salvaguarda en los años de la Transición y merecer atención por los investigadores. Las campanas son algo identitario, que es preciso defender, pues forman parte de la vida cotidiana, acompañan en el nacer y en el morir, están ligadas, en suma, a la vivencia colectiva. No olvidó el destacar la importancia informativa que la declaración de la Unesco ha supuesto tanto para la preservación de un legado patrimonial como para Villavante. Su interevención estuvo jalonada de curiosas anécdotas y de aspectos costumbristas hoy desaparecidos.
El papel histórico y actual desempeñado por la Asociación de Campaneros de Villavante y la Cultural Guays, fue expuesto por el joven Jorge Juan Fernández. Relató cómo la afición por las campanas se transmitía de padres a hijos en este pueblo del Órbigo. Mencionó a Juan Miguel Celadilla, presente en el salón, como figura destacada desde 1986 en el mantenimiento y resurgir de este patrimonio esencial. Lo que fue, en principio, un concurso de campaneros en fecha tan significativa como Santa Bárbara, terminó convirtiéndose en un encuentro nacional, con participantes de toda España. Destacó su entrega para sembrar ‘la semilla’ en los pequeños pueblos, para que esta tradición no se pierda y las campanas sigan llamando a la fiesta.
En último conferenciante en intervenir fue Fernando Muñoz Villarejo, arqueólogo que ha participado en diversas excavaciones en Astorga, entre ellas en el Castro de la Magdalena; ha sido el fundador de la revista “Miscelánea + Patrimonio”. Dio cuenta de su participación en la identificación de los hornos de fundición de campanas, en el transcurso de las obras recientes de San Isidoro. Expuso cuál era el procedimiento de su fabricación, los moldes…, y lo difícil que resulta el que no se pierdan los hornos para siempre, en el proceso de excavaciones, dada su precariedad y la poca relevancia que han merecido. Asimismo, dio cuenta de los lugares en España que conservan este patrimonio, ocupando un papel destacado el País Vasco, y en el extranjero Italia.
Como colofón, Jorge Juan ofreció, en un modesto carrillón, colocado en el escenario, una muestra de los toques, bien diferenciados, que han sido más comunes, y su significado para la población: el de oración, el de nube, el de difuntos, el de la muerte de un niño, con el “dan-din, din-dan al cielo vas”, el de arrebato o de fuego, el de concejo o hacendera, el de las rogativas en primavera para los campos y el de fiesta.